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Publicar con una editorial o autopublicar un libro, ¿qué es mejor?

Escribir un libro es un proyecto artístico que a muchos les llama la atención. La principal duda que surge al hacerlo, sin embargo, es si publicarlo de forma tradicional o de manera independiente. La segunda opción lleva años ganando adeptos, pero la primera sigue siendo la preferida de los escritores para dar a conocer su obra. Repasamos las ventajas y desventajas de cada una de ellas.

Edición tradicional

Asegura el prestigio, la distribución y el márketing

La creatividad no es lo único que se necesita para tener éxito como escritor. De ahí que el primer paso de las editoriales, antes de publicar cualquier libro, sea filtrar los manuscritos que recibe y escoger aquellos que se adecúan a su línea editorial. Esto puede verse como una desventaja, y lo es para quien no pasa ese filtro, pero también tiene la ventaja de que, dado que estas organizaciones no publican cualquier cosa ni a ‘cualquiera’, la publicación de un libro con una editorial denota que el autor es de calidad y tiene potencial.

Si la propuesta encaja, el siguiente paso es firmar un contrato por la obra, cuyas condiciones vienen marcadas en la ley de propiedad intelectual, que recoge aspectos como los derechos de autor (el libro pasa a ser de la editorial por un periodo de entre 5 a 10 años), los ‘royalties’ o regalías(pagos que recibe un escritor de manera pasiva o automática por la venta de su libro, que suelen oscilar entre el 5 y el 10%) o la cantidad de dinero que recibe el autor como anticipo por su obra, entre otros.

A partir de ahí comienza un proceso en el que pueden llegar a intervenir decenas de personas, como ocurre en las grandes editoriales, y donde el escritor es acompañado y asesorado en todo momento. «Lo primero que realiza el editor es una revisión del manuscrito, para hacer sugerencias de cambio y mejora al autor, ya sea de fondo (argumento, tratamiento de los personajes…) o estilísticas (uso del lenguaje)», explica Belén López Celada, directora editorial en la editorial Planeta. «Más tarde, intervienen otros correctores que se fijan en aspectos formales de la escritura, comienza el proceso de maquetación (tipo de letra, dimensiones del libro, número de páginas…) y se valoran potenciales títulos y portadas, junto a un equipo de diseñadores», continúa.

Eso da paso a la planificación de una estrategia comercial (tirada, día de publicación, preparación de un dossier de prensa para medios, campaña de publicidad, publicaciones en redes sociales…). Una vez impreso, se distribuye a las librerías y comienza la venta y promoción de la obra(entrevistas con el autor, giras, firma de ejemplares, ferias literarias…).

Prestigio para el autor, distribución de la obra y promoción a gran escala son sus grandes ventajas, mientras que los ‘royalties’ o la cesión de derechos son sus principales inconvenientes pero, como sostiene López, «al fin y al cabo, ese es el precio que cobra la editorial por correr el riesgo de publicar un libro que, en ciertos casos, no genera los beneficios suficientes como para recuperar el anticipo que se le da al autor por su obra».

Autopublicación

La mayor parte de los beneficios son para el autor

Marta de Zavala es una joven madrileña de 27 años que trabaja como consultora de Riesgos y Ciberseguridad, pero su pasión es escribir. A día de hoy, ha autopublicado dos libros de poesía y prosa poética, ‘Bonhomía’ y ‘Philautía‘, que «narran experiencias y sentimientos de diferentes etapas de mi vida», y ya está trabajando en un tercero. «Cuando decidí publicar mi primer libro mi aspiración era compartir mi arte, no convertirlo en un elemento comercial, por eso temía, tal vez por desconocimiento, que el paso por una editorial pudiera deformar mi trabajo y mi mensaje», confiesa.

La autoedición es un modelo de publicación que se puso de moda hace unos años y que sortea la primera barrera que imponen las editoriales tradicionales: no hace falta ser seleccionado o ‘descubierto’ por un editor, cualquiera puede escribir y publicar un libro. Eso da alas a muchos autores que quieren compartir su obra con el mundo, pero la falta de un control de calidad del contenido también deriva, en muchos casos, en la presencia de errores o erratas en algunos volúmenes que salen a la venta.

Esa es, precisamente, la principal desventaja que encuentra Marta en este modelo, aunque señala que, «dado que los libros están sujetos a puntuación y emisión de reseñas por parte de los lectores, es fácil identificar aquellos títulos que no cuidan las formas, tanto en diseño como en ortografía, porque se denuncia en los comentarios».

Entre las ventajas, la joven destaca que «el autor puede decidir el 100% de lo que publica, sin tener que modificar el diseño o el contenido hacia públicos ‘más comerciales’, y recibe hasta el 70% de las regalías de las ventas de su obra». Además, «la publicación es gratuita y la distribución global», al menos con la plataforma que ella utiliza, que es Kindle Direct Publishing (KDP), perteneciente a Amazon, la más popular actualmente. «Algunos de mis lectores son de México, Estados Unidos o Italia», porque son mercados en los que opera esta empresa.

Eso sí, el trabajo no viene dado. La publicación independiente implica invertir cierto tiempo, pues toda la tarea de maquetación y diseño también recae en el escritor. En cuanto a la visibilidad y el márketing, Amazon habilita campañas internas para promocionar libros y actualiza a diario el ranking de más vendidos. De hecho, los títulos de Zavala han llevado la etiqueta de ‘nº1 mas vendido en poesía para jóvenes’. Pero con eso no es suficiente, así que ella misma también promueve sus obras a través de las redes sociales, como Youtube o Instagram, pero le es más difícil llegar a los medios de comunicación convencionales. De hecho, esta ha sido su primera entrevista.

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